ARREPENTIMIENTO
Y LÁGRIMAS DEBIDAS
AL ENGAÑO DE LA VIDA
Huye sin percibirse, lento, el día,
y
la hora secreta y recatada
con
el silencio se acerca, y despreciada
lleva
tras de sí la edad lozana mía.
La vida nueva, que en niñez ardía,
la
juventud robusta y engañada,
en
el postrer invierno sepultada,
yace
entre negra sombra y nieve fría.
No sentí resbalar, mudos, los años;
hoy
los lloro pasados, y los veo
riendo
de mis lágrimas y daños.
Mi penitencia deba a mi
deseo,
pues
me deben la vida mis engaños,
y
espero el mal que paso, y no lo creo.
* Ni una semana sin poesía...hoy dedicada la fugacidad de la Vida
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